martes, 19 de junio de 2012

Somos como ovejas



Salmo 23:1-3 “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”

Dios nos compara con las ovejitas, es hermoso saber que Dios tiene una relación maravillosa con sus amadas ovejitas, usted y yo somos ovejitas de Dios.

Dios es un pastor muy bueno y amoroso, en la biblia muchas veces se nos compara a nosotros, los seres humanos con las ovejas. En este libro maravilloso aparece la palabra ovejas más de 500 veces, la encontramos en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.

La oveja es un animal muy importante, usada por Dios, para entregarnos maravillosas enseñanzas.

Juan 10:14-15, dice “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”

Las ovejas tienen comportamientos que a Dios le llaman su atención y creo que es por eso que Dios nos compara con ellas. En los rebaños siempre se observan, ovejitas mansas, obedientes, rebeldes, juguetonas, algunas sin pastor, extraviadas. Hay ovejas que son muy cariñosas o consentidas, otras son ovejas inocentes, están las ovejas indefensas, y quienes necesitan de mucho cuidado.

Quizá tú digas, yo soy como las ovejas obedientes, otros son como las ovejas impacientes y sin duda otro dirá que es una oveja rebelde. Tu ¿a qué ovejas crees que te pareces?

Las ovejas son frágiles, dependientes, torpes, obedientes y sensibles.

En Lucas 15: 3-7 encontramos la descripción de un hombre que teniendo 100 ovejas, al perder una de ellas, dejó las 99 para ir a buscarla hasta encontrarla, y habiéndola hallado la cargó sobre sus hombros muy feliz, de la misma manera sucede cuando un pecador se arrepiente, Dios, como nuestro buen pastor, lo toma en sus brazos y lo trae a su redil, muy feliz.

Como ovejitas del Señor, nos parecemos a ellas en lo frágiles que son, aunque a veces mostramos una actitud de creernos muy fuertes y muy capaces.

Nosotros también somos, dependientes del Señor y al igual que las ovejas, no nos podemos valer por nosotros mismos, debemos reconocer que no podemos andar solos, pues corremos peligro de ser devorados por los lobos que están siempre al acecho. Por eso es muy importante estar siempre atentos a la voz de nuestro buen pastor.

Muchas ovejas, se alejan demasiado del redil, es muy triste ver que viven sin la bendición de Dios.

Solo cerca de nuestro pastor podremos ser felices y estar seguros, siendo obedientes a su voz y a su voluntad.

Dios quiere que seamos parte de su rebaño, que podamos ser alimentadas por él, que sus cuidados estén siempre con nosotros, pero para eso debemos dejar de ser como las ovejitas desobedientes. La mejor manera de agradar a Dios y ser una buena oveja, es buscando la presencia del Señor y disfrutando de su compañía.

¿Eres una oveja de Jesús?, ¿Crees en El?,

Si aun no lo has hecho, ¿Qué esperas?, Jesús, El buen Pastor, dio su vida por ti.

Siempre recuerda que tienes a un muy buen pastor en Jesús, El es muy bueno, El es fuerte y pelea para defenderte, para cuidarte, siempre está atento, nunca se duerme.

RECUERDA: JESÚS ES NUESTRO BUEN PASTOR

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